En 1943, justo durante la Segunda Guerra Mundial, se produjo uno de los errores más famosos de la Casa de la Moneda de Estados Unidos: unas particulares monedas que han sido buscadas por ciudadanos comunes por más de siete décadas. Ahora una casa de subastas ha encontrado un ejemplar y planea subastarlo este próximo jueves.Don Lute Junior, un hombre de Massachussetts, guardó por más de siete décadas una particular moneda de un centavo que un día cuando tenía 16 años recibió en el cambio que le habían dado por su almuerzo. Este jueves 10 de enero esa moneda será subastada por un valor histórico que, según expertos en numismática, puede alcanzar los 1.7 millones de dólares. Esta es la historia detrás de millonario centavo.
En 1943, en medio de las precariedades que había traído la Segunda Guerra Mundial, la Casa de la Moneda de Estados Unidos decidió que las monedas de un centavo (penny) no podían seguir siendo producidas en cobre, un metal que era indispensable para construir cableados telefónicos, carcasas y otros elementos estratégicos para que el país pudiera mantener su ventaja frente a los adversarios de los Aliados. La resolución hizo que millones de monedas emitidas en ese año fueran hechas en materiales más vulgares: acero y zinc. Sin embargo, por un error de producción, en las planchas de impresión, unos pocos penny se hicieron con el preciado y prohibido cobre y salieron a circulación creando uno de los mitos más perseguidos por los coleccionistas de monedas desde hace más de 70 años.
Las poquísimas monedas con la estampa de Abraham Lincoln hechas en cobre en esos tiempos precarios crearon a su alrededor historias alocadas que decían que, incluso, el mismo Henry Ford estaba dispuesto a dar un automóvil a cambio de que alguien le llevara una de esas rarezas. El mito resultó por supuesto falso, pero ayudó a alimentar la fantasía que desde artículos de prensa, comics e historias de barrio incrementaron la fama de las monedas que personas corrientes siempre imaginaban llegar a tener en su monedero.
En 1947, el para entonces joven Don Lute Junior estaba al tanto de la existencia de esas monedas. Por eso reconoció de inmediato que el centavo que le habían dado tras comprar su almuerzo y que llegó a parar accidentalmente a su bolsillo era único.
Sin embargo, cuando oyó que los rumores de Ford no eran ciertos, y cuando incluso intentó cotejar él mismo con la Casa de la Moneda si su moneda podía ser un verdadero tesoro, todas las fuentes que consultó no solo le dijeron que esa monera era falsa, sino que le dejaron saber que toda esa historia era un invento. "En lo que respecta a su reciente consulta, le informamos que los centavos de cobre no se produjeron en 1943. Todos los centavos que se imprimieron en 1943 fueron de acero recubierto de zinc", cita la página web de la casa subastadora Heritage Auctions. . fuente: Univicion.com
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