SANTO DOMINGO.- La elevada evasión fiscal provoca una reducción importante de los ingresos tributarios de los países de América Latina y el Caribe y limita las capacidades de los Estados para enfrentar la desigualdad, según un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El estudio, titulado “La ineficiencia de la desigualdad”, indica que la tasa de evasión media del IVA (impuesto sobre el valor añadido) se sitúa en el 27.8%. Además, que en los países del área “persisten privilegios tributarios que se concretan en exenciones, evasión y bajo impuesto a la renta”. Deplora además que gran parte de la carga tributaria sea indirecta y recaiga sobre el consumo.
La tasa de evasión media del IVA (impuesto sobre el valor añadido) se sitúa en el 27.8%. En Uruguay, por ejemplo, la tasa de evasión es la más baja de la región. Pero hay un grupo de países que exhiben tasas cercanas o superiores al 20%, como México y otros ubicados en América del Sur.
Mientras que en otras naciones de Centroamérica los valores superan el 30%, al igual que en Ecuador y Paraguay.
Las estimaciones de la evasión al impuesto sobre la renta (ISR) son mucho más elevadas: el promedio de la región alcanza casi el 50% (47.5%).
“En un extremo están Costa Rica, Ecuador, Guatemala y República Dominicana (con tasas cercanas al 65%) y, en el otro, Brasil, Chile y México, con valores significativamente menores (entre el 28% y el 31%)”, destaca el documento.
La Cepal estima que el incumplimiento tributario en la región asciende a un 2.4% del producto interno bruto (PIB) si se trata del IVA y a un 4.3% del PIB en el caso del impuesto sobre la renta.
El organismo señala que esos montos superan el porcentaje del PIB que los gobiernos de América Latina destinan en promedio a la inversión pública, que representó el 6.7% en 2015.
Pérdidas
En cuanto a la evasión de las empresas trasnacionales y de las personas con elevado patrimonio, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés) considera que las pérdidas globales en términos de ingresos tributarios no recaudados alcanzaron los US$90,000 millones anuales en los países en desarrollo y US$200,000 millones a nivel mundial, durante el período 2009-2012.
Mientras, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la pérdida recaudatoria provocada por los mecanismos de erosión de la base imponible y el traslado de beneficios se ubicaría entre los US$100,000 millones y los US$240,000 millones en 2014. Estima que el impacto relativo es más grande en los países en desarrollo por su mayor dependencia fiscal en lo que se refiere al impuesto sobre la renta de las sociedades.
También la Cepal resalta, en su informe, las salidas financieras ilícitas originadas por la manipulación de los precios de las exportaciones o las importaciones, así como los recursos que el fisco deja de recaudar debido a esta práctica.
Durante 2015, estas corrientes ilícitas habrían sumado más de US$92,000 millones, representado cerca del 1.5% del PIB regional. El monto de los ingresos fiscales que se podría percibir si estas actividades se controlaran y gravaran representaría el 0.5% del PIB.
Paraísos fiscales
El estudio de la Cepal afirma que las prácticas de evasión no son un rasgo exclusivo de las empresas, debido a que también incurren en esa práctica los particulares que tienen un patrimonio elevado.
Se calcula que el 8% de la riqueza del mundo se encuentra en paraísos fiscales, lo que equivale a US$7.6 billones. De ese monto, aproximadamente US$700,000 millones pertenecen a latinoamericanos, que representa el 22% de la riqueza financiera de la región.
La entidad asegura que alrededor del 80% de ese monto no ha sido declarado a las respectivas administraciones tributarias.
“La predominancia de sistemas tributarios regresivos, con una elevada ponderación de los impuestos indirectos y menor recaudación relativa por impuestos directos sobre la renta y la propiedad, en particular sobre la renta personal, explican el reducido espacio fiscal con que cuenta la mayoría de los países de la región, así como el débil efecto redistributivo del accionar del Estado en general”, explica el informe.
Carga tributaria
En los últimos años, en muchos países se aumentó la carga tributaria, producto de reformas orientadas a fortalecer la recaudación impositiva. El estudio de la Cepal establece que esa carga sigue siendo relativamente baja con respecto al nivel esperado en función del grado de desarrollo de cada país.
El informe identifica tres grupos de países: un primer grupo cuya presión tributaria es más elevada que la de países que tienen un producto per cápita similar (Argentina, Brasil y Bolivia y, en menor medida, Nicaragua y Uruguay); un segundo grupo cuya carga tributaria es semejante a la de otras economías con un nivel de desarrollo similar (Costa Rica, Haití y Honduras), y un tercer grupo, donde se encuentra República Dominicana, que exhibe una presión impositiva inferior a la de otros países cuyo producto per cápita es similar.
Según el estudio, una baja carga tributaria tiene implicaciones para las funciones redistributivas del Estado y limita el impacto de las políticas públicas.
Fuente: EL DINERO
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